martes, 30 de diciembre de 2014

Cují


Árbol de tierras calientes,
dormitando sobre el suelo,
te asientas en medanales,
desandando el desconsuelo.

Tu raíz que tiene sed
penetra hasta el corazón,
llega buscando el hondón,
llega hasta el centro del ser,
toma el agua pa’ beber
de las profundas corrientes,
de las más genuinas fuentes
que encuentra bajo las rocas,
y los perfiles trastocas,
árbol de tierras calientes.

Mientras dos parejas juegan
el dominó fraternal,
bajo tu sombra boreal
das cobijo a los que llegan.
Tus ramas no se le niegan,
ni a aquél que no tiene pelo,
ni al que chupa un caramelo
habituado aún a las sopas,
ni al que anda en escasas ropas
dormitando sobre el suelo.

La brisa que te despeina
y el sol que quema tus ramas
no pueden romper las tramas
-frente al samán y la ceiba-
que te convierten en reina
de las matas regionales,
sola o en los cujizales.
Junto al cardón señorial
y sus brazos sin igual,
te asientas en medanales.

Cují de hojita menuda
y de vaina amarillenta,
el pintor te representa
con la figura desnuda,
acostado en una duda
entre la tierra y el cielo,
sombreando nuestro suelo,
refrescando a Chicho Nieto
en un chinchorro bien prieto,
desandando el desconsuelo.


Daniela joven poeta



Daniela expulsa sus versos irreverentes e incisivos
-molares, más bien-
Con dolor incluido
Tritura lo distinto con afán demoledor
Recita eléctricamente
Esperando la chispa
Que nos haga estallar





Navidad



La carnalidad de un dios
es el pan comido y compartido
y es un niño que viene
en situación de pobre

mi navidad
es este exilio
esta novedad que me arropa
hay fósiles antiguos en esta tierra seca
donde el cardón y el cují
alojan sus raíces

mi navidad
tiene rostro de Pedro, vendedor de ponquecitos
tiene sonrisa de Génesis, joven wayú recién mudada
recién vecina

mi navidad
lucirá sin aguinaldos
sin parrandas ni tambores
con algo de nostalgia
será la apuesta por lo que empieza
con tan poca cosa

mi navidad
tiene palabra de Ángel, literato y amigo
tiene canción de Alí, con sabor paraguanero

mi navidad tiene sueños y estrellas
predicciones y marcas
rumbos señalados
aunque inciertos

mi navidad
es relato de lo pequeño cotidiano
el pesebre de la calle Ignacio,
con sus palmas rebuscadas
o el préstamo de Eligio
que regresa prontamente

mi navidad
es una calle Bolívar de barro y huecos
tras las lluvias ligeras

rondan los ranchos
el niño, los pastores, María y su José
aparecen en los impensados
se avienen a la pobreza

en la casa nueva
un nacimiento artesano, de hojas de maíz
preludia la vida sencilla

que esperamos vivir

Caliche e incienso



El polvo del caliche del Sabino lo recuerda esta gente de cuando llegó. Nada de asfalto ni concreto. Arena y viento. Casi desierto.
El humo del incienso es mi recuerdo. Arrodillados, recitando padrenuestros inacabables. Así era aquel espacio  dominical. Tal vez por eso detesto los humos del incienso.
Polvo y humo. Caliche e incienso. Se levantan ante los ojos para no dejar ver la vida que viene.

El pueblo sabio, en su lucha de siempre, vence el caliche en unión y esfuerzo. La fe sencilla vence al incienso con la honradez de lo real.

Paraguaná desde la prehistoria



Fósil o vestigio
Envés y revés del mundo
Una enorme concha
Otra más pequeña
Un cierto caracol marino
Aún atrapado
Entre las rocas antiguas
Un fragmento compactado
Con vestigios de concha
Y un par de conchas mismas
Una de ellas sorprendida abierta
Tratando de digerir su presa
Todo sobre mi mesa
En esta noche paraguanera
Recién estrenada
Caigo en un suelo que recoge prehistoria
A ras de piel
Dicen que fue mar la tierra que pisamos
No es difícil verificarlo
¡Es maravilloso!
En una sola piedra-viva
¡La de historia que se cuenta!
Los procesos complejos y azarosos que la traen ante mí
La vida fluye sobre todo
La vida sigue con o sin nosotros

La tierra que pisamos
Era un mar inmenso
Una playa extensa
Horizonte sin límites

No es nada nuestro tiempo
De bloques y asfalto
De amores y rabias
De violencia y encuentros.
Y también poca cosa
El tiempo de corruptos y opresores
De políticos infames
Economistas trapicheros
Comerciantes acaparadores
Y periodistas mentirosos cómplices

Tan solo una concha
La más elemental
Nos sobrevive sin esfuerzo
Incinerados o no
Pronto sólo queda ceniza o polvo
Energía disuelta en el cosmos


Cede el día



Algún niño vocinglero se reporta
Las adolescentes inquietas
asoman a pasear sus sueños
Y los espectros electromagnéticos
se sienten como en casa

Mis otros espectros no se atreven
Quisieran asomarse a respirar un poco
A dar algún susto de asustar –que no de muerte-
Quisieran decir alguna cosa
Manifestar que me mantienen vivo
Sondear algún pliegue del alma
Desdoblarlo
Y enrostrarlo sin pudor

Los otros pesan más
Tienen volumen y medios
Diseño artístico
Promoción
Es necesario esperar
Hasta la hora del vampiro




Bajo el cují


1

Bajo el cují sereno el ánimo agitado
He mascado el chimó del Llano
que con todo entusiasmo me obsequió el amigo Coco
a mi paso por el barrio
Y en verdad que es bueno

Juegan chapita los muchachos
en la calle aún sin asfaltar -y sin cloacas-
Se mantiene activo el juego popular
mientras dura la final Tigres Caribes

Luce floreado ese árbol desgarbado
en el patio de Gloria,
el árbol que cobija la música de Alí
y el juego de dominó de la familia
Hoy domingo está, no obstante, solitario
Sus ramas suben alto
y se curvan flexibles desde allá
Otras casas
permanecen solitarias,
con sus puertas enrejadas,
de blanco,
y sus luces encendidas:
señal de su orfandad

La brisa alivia
La casa y el cují
mantienen la fresca umbría
que de otro modo se añorara

Unos estratos blancos
por el poniente, manchan el azul
de suyo un tanto turbio
acosado por el Complejo Refinador Paraguaná

Las casas exponen sus números
e identidades
M-25, M-27, M-28

Allá luce sufriente un cují
a punto de secura
oscuro, crecido, pura ramita sin hojas,
en la amplia copa
A su derecha, el verde intenso
de los brotes tiernos
retoñados con las lluvias
frecuentes y abundantes
de los meses pasados

Ahora suena un vallenato
con suavidad
Mis ojos no se cansan de mirar cielo y cujíes
Mis oídos no se cansan de escuchar
la algarabía de los muchachos
la música nostálgica
de trivial contenido
Tú me gustas tanto Tú me vuelves loco
Estoy enamorado…

Dos tortolitas, aves correntinas,
se exhiben por el amplio camino
sin que nadie las moleste
hasta que un perro las azuza
y en breve alzan el vuelo




2

Con qué poco se nos alegra el corazón
Y vivimos algo más
Y estamos agradecidos
Y queremos decir del pasado
Con un silencio
Y una mirada más viva
Y una canción en los labios

Con qué poco nos basta para la ilusión
Y echar a andar de nuevo
Y decir bien de la vida
Y estrechar una mano a los vecinos
Y soñar con un mañana
Que aún no termina

Y también con qué poco
Se oscurece la jornada
Y se muestra tan en caos
Esta tierra que queremos

Basta tan solo
La palabra esperada
O ese pequeño paso tan certero
O la simple intención de ejecutarlo

Basta un asomo
De sabernos al lado
O en ausencia

Estoy aquí
Estas aquí
Basta sabernos




3

Puedo quedarme inmóvil
Y no decir
Puedo saltar y correr por la escalera
Y venir con mi pregunta al canto
Y la palabra aguda

Sólo una arista
Un filo un borde
Cambia lo que somos o existimos
Y aún hay tiempo
De que el pasado cambie
Y los errores luzcan diluidos
Y las tragedias queden en la paz del corazón




4

La vida es espera. Dependemos tanto.
Como que den los pasos. Que coincidan con los nuestros.
Azares.
Saber entrar al ritmo de la historia. Saber salir a tiempo.

Un ángel me dice calma
Me da con su ala en el entrecejo
Me cuelga su aureola de collar
Ángelus angelorum




5

Me da ese aire expulsado eléctricamente
De energía eléctrica a mecánica
Y ahora cinética
refrescante
Los ojos caen pesados.





6

La bicicleta feliz
de recorrer asfalto en vez de piedras y caliche
rueda al ritmo que le imponen
con las posibles combinaciones de las manijas

Están los pequeños a la sombra
sentados al frente de una casa vecina
lucen los trompos en sus manos
como juego oportuno

Por ahora descansan
los niños y los trompos
Conversan descalzos
provistos apenas sus cuerpos de un pantaloncillo

Esperan la ocasión en que paso y saludo
para treparse a la bici dos de ellos
les hago cosquillas y se bajan

Esperan pacientemente
que caiga el sol
que caiga el desaliento
y no levante




7

El nin va suplantando al cují
Es de un verde más intenso
De más umbría
Cambia las vainas por frutillos lechosos
Incomibles
Vota las hojas
Suben sus ramas
¿Dónde busca el agua?




8

En esta hora de la tarde
la tierra surge de un amarillo deslumbrante
Más acá esa luz resplandeciente
Del sol que se despide
Con final entusiasmo
El aire más libre
Azulea el espacio
Hacia un suave gris

El gato Pepe
Espulga su apéndice
Y asea su sexo
En postura acrobática

Canta algún pájaro distante
Que no acierto a precisar

Las ropas blancas cuelgan
Se agitan
En homenaje a una paz que no alcanzan
La brisa las eleva
Las yergue cual banderas
Se tensan se extienden
Como buscando
Como queriendo
Alientan suspiran
Y caen desvanecidas

Hay una en especial
Que se ha arrugado
Se han aproximado los puntos que la sujetaban
Bamboleada y deforme
Estremecida retorcida
Sufre de no poder
Sufre de mengua
Pobres banderas de pueblo pobre
¿Hasta cuándo se verán enhiestas por la paz?





9

Con la noche el silencio
Un ladrar lejano
Este ventilador que alivia un poco
Sapos y grillos que no cesan
Un ruido perpetuo

La apariencia del silencio
Se ha esfumado
¡Atención al instante!




10

Esta brisa despeina al árbol




11

Sucede que el perro ladra
Que un carro pasa
Que una voz lo detiene
Sucede que son las cinco
Y estamos de vuelta del trabajo
Y cansa ese tun-tan-tan
Sucede que a lo lejos
Los corazones se preparan
Sucede que queremos vivir
Con algo menos de nostalgia
Y un kilo más de paz
Sucede que no estamos solos
Y unos ojos nos miran
Y unas manos se tienden
Cálidamente

Sucede cada tarde
Al ponerse el sol




12

El desorden de los cables penetrando las casas permite ciertos beneficios al ocupante. La perfección o el orden son tan solo dos modos posibles de entendernos, dos modos diversos del vivir.

La piel broncínea, brillante, no es tan común en esta resolana. Unas piernas turgentes, tersas, firmes, no se esconden a la vista.

Sorprendo el ritmo de tu cuerpo
Arena del medanal que se desliza sinuosa
Ola que llega suavemente
Con su cresta blanca de espuma
A bañar mi playa
Ramita de cují mecida al viento
Sorprendo tu piel de marfil leve
Fanal que alumbra la oscurana
Incandescencia que arroba
Linterna para los sueños

Es la hora en que llegan, andantes, con algún niño a hombros. Del trabajo vienen, de algún tráfago en el centro de la ciudad. Vienen de la pobreza. Con algún cansancio vienen.

Están en los porches de las casas. Digieren lo vivido. Los niños juegan en torno.

Alejandro pasea en su bicicleta. La brisa le golpea el rostro. Ya aprendió el movimiento en equilibrio. Ya no se cae. Su bicicleta es roja. Alejandro es feliz y sonríe.




13

Pasa el tiempo y es el amor desnudo
Desprovisto
Va quedando la palabra
Purificada
Va quedando la vida
Sosegada
Sin afanes desmedidos
Sin pretensiones
Sin la tecnocracia de los proyectos

Creo en la voluntad del pueblo por vivir
Creo en la palabra y la historia dicha
Extensión de la piel de adentro
Mucosidades
Alveolos
Intestinos
Vientre
Entrañas




14

Fluyes
Y el fluir libera tu canción




15

Aúlla un perro que despierta
Ladra otro
Un gallo kikirikea
Suena Paraguanera
en la FM regional





16

Silencio en el corazón
La brisa fuerte que todo arrasa
Que no queda nada
De alegre vivir
Que no deja ni recuerdo
Del sufrimiento
Estamos
Inmemoriales
Ajenos

Estoicos matinales
Corazón de nuevo
Que se presta a la aventura de lo humano




17

cantos en el aire
un gallo un gonzalito
apuntan el silencio
la quietud del domingo
que despierta perezoso
como diciendo: hoy parenteseo en el vivir

dispersos quedaron
los jóvenes de la cancha
ante la camioneta misteriosa
que los acechaba
ayer tarde no más

hoy todo respira calma
a lo lejos el motor de un aire
indica la encerrona
el descanso de los cuerpos
aún reconcentrados
ni un alma ronda
por este asfalto quedo
yacen en paz
cesó la música
cada quien a su nido
-ya lo dijeron-
luego la luz
y el canto amanecido
de pájaros y gallos
sucede que despierto
con el alma pegada al costillar
con el sol a media luz
y la brisa no cesa
de traer rostros y arena
el alma no se estira
no se recompone del dormitar




18

qué bien viene esta lluvia sorpresiva
unas gotas livianas se adelantan
el olor de la tierra
luego las torrenteras
los techos arrojando sus restos
los bordes del asfalto
sacudiendo su desdén
lo agradece la sábila
y el toronjil recién podado
y la lechoza con nuevos brotes
y el limonero esperanzado
todos recogidos
cada quien en su casa
lo agradece la vida
de este barrio intranquilo
que requiere un descanso




19

Pedrito
de casa en casa
arrastra el carrito de mercado
Trasiega la cerámica
que venderá su hermana




20

Muerte en camino
Los muchachos regresan
Sin esperanza

Viene de lejos
La palabra que cambia
Los corazones

Brisa de frente
Contra el paso liviano
del caminante




21

amanecen los sonidos aéreos
confunden su silbo y trino
brisa y pájaro cantor

el trino multiple
a pizcas de tiempo
la brisa en persistencia tenaz




22

Nos tienen a fútbol
Y a derrota
A sensaciones simples



Silba la brisa



Silba la brisa
Golpea la puerta
azotándola
Se asoma por la ventana entreabierta
Alza la cortina en vuelo

Entre las hojas bisbisea
los mensajes marinos
Los deja y se va

Silba el viento
entre los almendrones
Yacen al pie
unas escuálidas matas
de melones y patillas
Nacieron al favor del azar
y el azar las devora
La brisa las estira y deshoja
Florean pobremente
No cuaja el fruto
Silba la brisa